lunes, 21 de febrero de 2011

36,37, 38 y treinta y nueve, y cuarenta: cinco días de cultivo



No puedo escribir, me has roto.
Con la cama fría y la cabeza partida en dos.
Con el alma dividida en pequeñas porciones
de diversas formas que recuerdan
momentos que han pasando y que
pronto se olvidarán, como tu, como yo.

Hace frío en esta habitación, hace mucho frío.
¿A que viniste? Es una pregunta fácil,
prometo no escuchar cuando la respondas.
No me interesa, pero seré educado
y miraré a la pareja de al lado mientras hablas.

Pienso insultar a todo el mundo que
me mire a lo ojos de hoy en adelante.
Si me preguntan, les daré una respuesta
equivocada, como haces tu y me reiré
de esta estupidez que en un par de años habré
                                                                    olvidado.

¿creo que dejaré que mueran las plantas de mi habitación?
Así me vengaré de sus miradas de compasión.


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