domingo, 9 de enero de 2011

Día segundo: la leyenda del oso.


Un cuervo te sirve el desayuno.
A ritmo de reloj de cuco el tiempo
                                             Pasa despacio.
Trenes, transbordos, billetes, preguntas,
Al final, una gran torre y bajo ella el mar y
                                                         Las estaciones.
Un señor rojo con sombrero te corta el paso,
Deja que se confíe y al final será tu amigo.
En las tripas de una casa comunista
La diva repasa su vestuario y se acicala
Ante un tocador rojo lleno te estrellas fugaces.
En el sótano beben vodka dos empresarios.
Con chaqueta de lentejuelas el mas alto
Vende flores los domingos en el mercado.

Grandes bloques de grasa sobre un
                                                 Caldo frío,
Sirven de tentempié al caminante, mientras
El hielo invade tus poros y  buscas
Una Iglesia donde refugiarte, allí encontraras
Al efebo de cuerpo perfecto y mirada
                                                     Antigua,
Que te enseñará el camino de vuelta a casa.
Calles, oscuridad, cerveza y más trenes.
 Al final del camino, mandarinas en la boca.

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