martes, 22 de marzo de 2011

Cuarenta y siete: Resaca virtual.

Me faltan tres cartas: la del amante,
la del marido, la de su mujer. Me faltan.
No recibí nada, el buzón cría telarañas
que se pierden en el tiempo y se escarchan
con el frío. No recibí sus cartas, no lo hice.

La primera era la deseada, aquella que daría
luz y traería tranquilidad al espíritu infame
y violento que me atormenta cada noche,
en mi cama, se esconde entre mis sábanas
y hace de mi sueño un lugar sucio y solitario.

La otra no la esperaba, solo deseaba que llegase
limpia, rápida y segura a mis manos, para
constatar, una vez mas, que mis reproches no
sirven de nada, que caen en saco roto, que
se vuelan con el primer suspiro con el que se cruzan.

Me sorprendió tristemente no recibir la de su mujer,
ella no falla nunca en estos trances y la duda es
ahora lo que alimenta mi preocupación y crea
un conjunto vacío, sin aire ni colores en el que
solo se puede entrar de uno en uno y sin avisar.

Me faltarán las tres cartas de nuevo, la del amante,
la del marido y la de su mujer. Esta vez no llegaron.
Con semejantes bajas en mi cartera, el viaje de regreso
se hará mas liviano, el vacío pesa mucho en las maletas
cuando el viaje es de vuelta a la madriguera.

                                     

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